El PP exige el mantenimiento del Trasvase Tajo-Segura en base a las reglas del Memorándum y que el agua para regadío sea un precio armonizado de varias procedencias.
“Los precios del agua desalada también afectarán a los bolsillos de los consumidores”, ha alertado Cano.
El secretario ejecutivo de Agua del Partido Popular de la Región de Murcia, Jesús Cano, ha alertado de que además de que “Pedro Sánchez condena a la Región de Murcia con el cierre del Trasvase Tajo-Segura, ahora nos levantamos con un nuevo castigo a los agricultores y regantes a los que obliga a consumir un agua desalada a un precio inasumible”.
Para el PP, “este precio es escandaloso porque, mientras el resto del país paga 0,05 euros el metro cúbico para regadío, los regantes de la Región tendrán que abonar 1,05 euros el metro cúbico más IVA para utilizar la desalación”, lo que supone unas “condiciones leoninas impuestas por un Gobierno de España que no protege la agricultura, sino que la ataca de forma indiscriminada”.
“El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado hoy la inocentada a los regantes con su única alternativa al Acueducto, el agua para regadío más cara de toda España”, ha lamentado Cano para añadir que “no se puede obligar a los agricultores a consumir solamente agua desalada porque nos encontramos con este tipo de sorpresas del Gobierno socialista”. De hecho, esto “merma la competitividad de los agricultores que tendrán que sacar sus cosechas con agua más cara y de peor calidad”.
En este sentido, el PP ha exigido al Gobierno de España “el mantenimiento del Trasvase en base a las reglas del Memoramdum y que el agua para regadío sea un precio armonizado de varias procedencias”, teniendo claro que “el agua desalada nunca pueda superar los 0,3 euros por metro cúbico”, y siempre como un complemento al agua del Trasvase.
Además, Cano ha defendido que desde el “PP decimos sí al agua desalada, pero nunca a estas condiciones inasumibles y menos a costa de los recursos del Trasvase Tajo-Segura”.
Con todo, el también parlamentario del PP ha incidido en que “los precios del agua desalada también afectarán a los bolsillos de los consumidores porque la fuente de energía para la desalación es la eléctrica y los precios desorbitados provocarán un fuerte aumento en los costes de producción”, a lo que habría que sumarle el impuesto al plástico que entra en vigor el próximo 1 de enero.