- La diputada regional María Luisa Ramón ha lamentado que los efectos negativos del consumo de pornografía en menores incluyen la distorsión de la percepción de las relaciones afectivo-sexuales y la normalización de la violencia y la cosificación
El Grupo Parlamentario Popular, ha presentado una moción en la Asamblea Regional en la que insta al Gobierno de España a que tome medidas para abordar el problema del consumo de pornografía en niños y adolescentes.
El uso de pornografía por parte de menores, incluidos niños y adolescentes, es un problema que ha ido en aumento debido al fácil acceso a través de dispositivos digitales y plataformas en línea, y a la falta de información sobre la educación afectivo-sexual. Varios estudios indican que los menores están expuestos a la pornografía a edades cada vez más tempranas, con un impacto potencialmente negativo en su desarrollo emocional y cognitivo.
Por ello, la diputada regional María Luisa Ramón, defensora de esta iniciativa, ha explicado que esta moción solicita al Gobierno central a que ejerza un mayor control en la verificación de edad en plataformas digitales que ofrecen contenido pornográfico, es decir, “desarrollar e implementar mecanismos más efectivos”.
También, se exige la creación de programas integrales de educación afectivo-sexual, que promuevan una comprensión saludable de la sexualidad, el consentimiento y las relaciones respetuosas, para contrarrestar los mensajes negativos de la pornografía; y campañas de concienciación para padres y educadores, que ayuden a estos a comprender los riesgos asociados con el acceso temprano a la pornografía y proporcionarles herramientas para proteger a sus hijos.
Asimismo, se propone la medida de trabajar con empresas tecnológicas y proveedores de internet para crear herramientas que limiten el acceso a la pornografía para menores de edad.
La diputada ha recordado que los efectos negativos del consumo de pornografía en menores incluyen la distorsión de la percepción de las relaciones afectivo-sexuales. “La pornografía puede crear expectativas irreales y poco saludables sobre la sexualidad y las relaciones interpersonales”, así como “la normalización de la violencia y la cosificación, influyendo negativamente en la forma en que los adolescentes ven el sexo y las relaciones”
Además, ha añadido Ramón, “aumenta el riesgo de comportamientos sexuales de riesgo, que puede llevar a los adolescentes a adoptar comportamientos sexuales peligrosos o inapropiados”.
Un estudio de la entidad Save The Children afirma que “7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía” y muestra que el 46,2% empieza a consumir pornografía entre los 3 y los 17 años, y el 53,8% entre los 6 y 12 años. Las cifras también varían en función al tipo de exposición, siendo la exposición no intencional entre el 19% y el 32%, y la exposición intencional entre el 22% y el 84%. Además, respecto al género se observa una mayor presencia y uso en los chicos que en las chicas.